12 dic. 2008

STM se muda de página


¡Esa Ese!


Hoy Tipografía Montevideo (TM) se transforma en el medio de difusión de la Sociedad Tipográfica de Montevideo (STM). "Ese" de SOCIEDAD, colectivo, grupo. "Ese" enfoque diverso del abordaje a la disciplina tipográfica que buscamos registrar, difundir y compartir sumando conocimiento, participación, práctica profesional y amor a la letra.

Podemos decir entonces que TM se repiensa en función de las relaciones de intercambio sin descuidar la intención primera: ser el lugar de referencia para acceder a la información sobre Tipografía en el Uruguay. Es así que abre sus puertas al aporte de colegas de este lugar, ¡Esa ese! Dígase de otro modo, los socios activos de la SOCIEDAD TM podrán verter opinión, plantear inquietudes en lo que a tipografía refiere con libertad de expresión y responsabilidad directa sobre los textos publicados.

El posicionamiento de la tipografía nacional en el contexto regional, será el resultado de la construcción colectiva en base al ejercicio, opinión, expresión, diferencia y reflexión. Bienvenido sea el debate con altura, si fuera necesario.


Publicado por: Vicente Lamónaca / José de los Santos / Fernando Díaz

http://www.tipografia-montevideo.info/

19 oct. 2008

Crónicas


Caligrafía al vino blanco


La reciente estadía en Montevideo del uruguayo Eduardo Bacigalupo, reconocido talento del diseño gráfico, socio honorario de la Sociedad Tipográfica de Montevideo, radicado en San Pablo, Brasil, hace ya treinta y cinco años, propició un cálido reencuentro con algunos de los miembros de la STM, el viernes 3 de octubre de 2008.

Como es de suponer, la circunstancia era propicia para algo más que una simple reunión de amigos y colegas en la que se charla y se comparten algunas copas.
Decidimos que el tema protagónico del encuentro fuera la caligrafía. Pero no solo como tema de conversación sino como “show” demostrativo de las habilidades de Edu en la práctica de este arte.



La reunión comenzó con regalos.
Edu era portador de varios catálogos correspondientes a algunas de las muestras de Tipografía Brasilis, exitoso evento de diseño de tipografías que desde hace algunos años viene desarrollándose en Brasil.

Fue en ese momento, y sigue siendo hasta ahora para nosotros, un verdadero deleite la contemplación de tales ejemplares tanto por la calidad de los trabajos tipográficos que exhiben como por el despliegue de tecnología de impresión que ostentan.
Todo un halago para los sentidos de la vista y el tacto.
Los ojos y los dedos disfrutan incansablemente en su paseo por páginas con exuberancia de golpes en seco, falsos relieves, tornasolados, etc. Los ojos buscando el mejor ángulo de luz para descubrir colores, brillos y reflejos y los dedos palpando y acariciando los golpes en seco y los falsos relieves.
Envidiable prueba demostrativa de las posibilidades tecnológicas y del talento creativo de los tipógrafos y de las empresas gráficas del hermano país del norte.
Cada uno de los presentes recibió el obsequio de estos ejemplares.

Luego desfilaron recuerdos, anécdotas y comentarios de la más variada índole.
En pocos minutos más se alinearon sobre la mesa los frascos de colores al agua y se acondicionaron las plumas caligráficas, las de rotulación, los clips, los pinceles y hasta los palitos de brochettes.
Un colchón de hojas blancas y amarillas completó el escenario de trabajo.
Después de dos o tres ensayos a manera de ejercicios de “calentamiento” la mano de Edu se “soltó” definitivamente.



Fueron escritos tres y cuatro veces, en primer plano, el nombre de pila de cada uno de los asistentes y, en segundo, también el apellido, todo con aplicación de diferentes colores, procedimientos y herramientas, combinándolos y variándolos, a veces, letra a letra.

El descorche de un dulce vino blanco alemán propició la irrupción de las primeras letras góticas de triple trazo marcando un punto de alta inspiración en la velada.
Pero pronto la variedad de caligrafías empezó a fluir y las más diversas formas, trazos, rúbricas y salpicones inundaron las hojas.
Con movimientos dinámicos la mano de Edu fue generando un festival de formas, color y ritmos visuales.
En pocos minutos el piso se convirtió en una alfombra caligráfica.
Las láminas, exhibiendo vigorosos trazos con gran carga de agua y color quedaron inmóviles esperando a ser recogidas, ya secas, al día siguiente.
Entre algunas de ellas quedaron reducidas áreas de separación, como islas en el piso, sobre las cuales los pies de los asistentes intentaron improvisados y curiosos pasos de ballet que les permitieran ir recorriendo el trayecto hacia la puerta.

Fue una gratísima y cálida velada de reencuentro con un amigo y un talento nacional reconocido internacionalmente.

Un socio de HONOR de la Sociedad Tipográfica de Montevideo.






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(cc) Sociedad Tipográfica de Montevideo 2008

28 ago. 2008

Crónicas


Crónica: Estos tipos me marcan

La Sociedad Tipográfica de Montevideo organizó su segunda actividad pública presentando al diseñador uruguayo radicado en España, Rodolfo Fernández Álvarez, el pasado viernes 1 de agosto de 2008 en el auditorio de la Asociación de Impresores Gráficos del Uruguay, (AIGU) a quien la STM agradece el apoyo brindado.

El acto se realizó en el marco del Premio Nacional de Tipografía de Uruguay, 2009 "Edward Johnston", declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura.




“Estos tipos me marcan” fue el título de la conferencia en la que Fernández relató su vasta trayectoria profesional.

La disertación estuvo dirigida principalmente a los colegas nacionales y a estudiantes de diseño gráfico de diversas instituciones que, en nutrida concurrencia, colmaron las plazas disponibles del auditorio de la AIGU.


La conferencia

Profusamente ilustrada, la charla planteó un acercamiento al brandtypo, la tipografía en la marca corporativa. Se pudo apreciar la experiencia y la vasta producción de Rodolfo Fernández en el terreno de la creación de marcas.

En medio de la secuencia visual y de las narraciones explicativas y anecdóticas se fueron mechando frases, pensamientos y conceptos con los que Fernández Álvarez resumió su visión y su posición frente al tema específico de su charla y frente al diseño en general. Ofrecemos a continuación, algunos de los conceptos expresados.

“Considero que cada marca es un desarrollo de tipografía completa, pues siempre centro mi trabajo en este aspecto del diseño”.

“Hay muchos diseñadores, pero hay muy poco diseño y eso se puede percibir al hojear revistas y diarios en cualquier parte del mundo”.

“No es lo mismo ser un operador de computadora, que es, a lo que se tiende naturalmente cuando no se piensa en conceptos agresivos”.

“Ahora, al parecer, trabajar en diseño es más fácil, pero no es así, pues los clientes ya tienen un mejor conocimiento de lo que quieren”.

“Hay algunos logos que se han modificado y empresas que desaparecieron, pero quedaron las imágenes visuales de las mismas”.

“El diseño es uno solo, es un plan mental y no puede afiliarse a una computadora.

“El diseño es gráfico, industrial, de interiores, de arquitectura y no puede separarse del color, la forma, la contraforma y los vacíos”.

“El principal componente de nuestro trabajo es la creatividad y el valor conceptual de las ideas”.

”Debemos generar soluciones de comunicación visual para las empresas a través del desarrollo de productos y fórmulas de comunicación donde la claridad y la objetividad sea la principal premisa”.

”Un objeto es bello por su utilidad, no sólo por su apariencia”.

”Hacer ver lo deseado con la mayor sinceridad conlleva un minucioso estudio del comportamiento del observador”.

”Sugestión y sensación son materias primas para elaborar mensajes visuales prácticos”.

”Desde la creatividad y el manejo de imágenes compatibles hacemos factibles las propuestas recibidas, mediante nuestro trabajo”.

”Al fin y al cabo, el resultado esperado es la mayor rentabilidad que una empresa invierte en su imagen”.



El conferencista

Rodolfo Fernández Álvarez nació en Montevideo, Uruguay, el 17 de Diciembre de 1957.
Autodidacta creativo en el área del diseño gráfico, se formó laboralmente en la publicidad y en la dirección de arte de importantes agencias en el Uruguay en relación de dependencia y en Paraguay desde 1979 hasta 1983; desde esa fecha se desempeña como freelance asesorando a empresas de servicios e industrias de la alimentación, cosmética e higiene, medicamentos, vestimenta, calzado, editorial, software, educación, etc.
Realizó estudios en diseño de interiores, arte, grabado, impresión offset, tipografía, flexografía y serigrafía.
Ha realizado trabajos de diseño para Argentina, Uruguay, Colombia, EE.UU., etc.

Docente encargado de la cátedra de packaging en la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Católica de Asunción en las carreras de Diseño Gráfico e Industrial desde 1998; consultor permanente en el desarrollo de materias proyectuales e invitado por otras universidades del área del MERCOSUR para el desarrollo de cursos y seminarios específicos.
En Paraguay: Universidad Católica, Universidad Americana.
En Argentina: Universidad Nacional de Tucumán, Universidad de Morón, Inst. Sup. Aguas de la Cañada de córdoba.
En Brasil: Universidad Pontificia del Estado de Paraná.
En Chile: Universidad Tecnológica Metropolitana de Santiago de Chile, DUOC Universidad Católica invitado como jurado internacional de concursos de diseño académico.
Actualmente su actividad profesional prosigue en su estudio de Málaga, España.

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(cc) Sociedad Tipográfica de Montevideo 2008


Crónicas


Crónica: Antecedentes y Situación del diseño
en Paraguay, un resumen.




La Sociedad Tipográfica de Montevideo realizó su “presentación en sociedad” organizando, como primera actividad pública, la visita del profesor paraguayo Osvaldo Olivera Villagra, quien disertó sobre el tema “Antecedentes y Situación del diseño en Paraguay, un resumen”.
El acto se realizó en el marco del Premio Nacional de Tipografía de Uruguay, 2009 "Edward Johnston", declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura y tuvo lugar el día 30 de julio de 2008 en el Auditorio “Centro” de la Universidad ORT, Uruguay, a quien la STM agradece el apoyo brindado.


La conferencia

Osvaldo Olivera comenzó precisando que compendiar el diseño en Paraguay no es tarea fácil ya que no existe una documentación cronológica y por lo tanto es necesario husmear por diferentes lugares, hablando con profesionales de antaño o simplemente recurriendo a los archivos locales y haciendo un relevamiento.
Habría que dividir la historia gráfica del Paraguay o la cultura guaraní en varios periodos, desde la pre-hispánica hasta la contemporánea, aunque eso sí, casi siempre ligada a guerras, revueltas y en muchos casos exilios o trágicos hechos de una historia escrita con pasión. Olivera articuló su exposición basándola en seis grandes etapas.


Pre-colonial. Siglos XII al XV

La charla se inició mostrando los vestigios escritos de los habitantes de estas tierras que quedaron registrados en lo que se denomina el “Tapeavirú”, una serie de grabados en piedra (petroglifos) que marcaban un hipotético camino a la tierra sin mal, en la zona central de Paraguay (Villarrica) y las zonas noroeste fronterizas con el Brasil. Existen innumerables series de estas inscripciones, algunas más estudiadas y otras casi inaccesibles por su ubicación geográfica.
Este “Tapeavirú” se extiende no solo en Paraguay sino también a lo largo de los estados de Paraná y Santa Catarina. Estos grabados tienen una antigüedad que se presume de unos 600 a 900 años.
Las inscripciones son casi en su generalidad geométricas y zoomórficas, presentan muchas veces similitudes muy particulares con los grabados orientales antiguos y en otras ocasiones con grabados del medio oriente, aunque estas semejanzas son tomadas como comunes por los estudiosos, pues en muchos casos se han encontrado figuras muy similares en culturas muy distantes.
Esto puede explicarse tomando las palabras del tipógrafo Adrián Frutiger: “en principio fue el objeto, luego el signo”.




Las Misiones. Siglo XVIII

Osvaldo Olivera nos hace dar un salto en el tiempo explicando que recién en el año 1630, por medio de los sacerdotes jesuitas de la Quinta Congregación Provincial del Paraguay, celebrada en Córdoba, se aceptó la idea de montar una imprenta en Paraguay “para publicar varias obras en lengua indígena, sumamente necesarias”, pero fue recién en 1700 que se pudo concretar la idea de una máquina de imprimir en las misiones jesuíticas del Paraguay.
Existen publicaciones anteriores referentes al Paraguay (Arte de la Cultura Guaraní, del padre Antonio Ruiz de Montoya) pero impresos en su mayoría en España o Buenos Aires.
Pese a aquella demora la imprenta paraguaya alcanzó altísimos niveles de calidad. La impresión, la diagramación, la limpieza de los tipos, las láminas, las viñetas xilográficas y la encuadernación honrarían aún hoy a muchos talleres tipográficos existentes en Paraguay.
Prueba de este esmero en el trabajo editorial es el libro “De la diferencia entre lo temporal y lo eterno”, del padre Eusebio Nieremberg, con traducción al guaraní de José Serrano e ilustraciones del indígena Juan Yaparí. Ésta es considerada la obra magna de las imprentas jesuitas.
Las misiones paraguayas dejaron de ver funcionar la imprenta jesuita hacia 1750, sin motivos totalmente esclarecidos. Los tipos fueron trasladados a Córdoba y posteriormente a Buenos Aires.


Las colonia/república. 1811-1870

Otro gran salto en el tiempo, nos lleva a 1811, año de la independencia de Paraguay de la corona española, salto que debe prolongarse hasta el período de gobierno del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia (1816-1840).
En todo este lapso, nos dice Osvaldo Olivera, casi no existió publicación alguna pues el dictador no era muy proclive a hacer públicas sus actividades y toda manifestación cultural era sospechosa, para nada bien vista. En algunos casos autores de libelos y panfletos contrarios a su gobierno fueron recluidos en la cárcel del estado, terminando allí sus días luego de indescriptibles tormentos.
Se cerraron en Paraguay todas las escuelas, excepto una.
En 1844, se inauguró la Imprenta de la República durante el gobierno de Don Carlos A. López y comenzó a impartir clases la escuela de impresores y litógrafos dirigida por el maestro francés Carlos Riviere. Allí se iniciaba a los litógrafos en el arte de imprimir y reproducir piezas gráficas originales.
De esa época quedan los registros de los semanarios “El Paraguayo Independiente”, “De Noticias e Informaciones Útiles” y “Eco del Paraguay”.
Con diferencia de pocos años dejaron de aparecer a finales de 1850.
En esta etapa sucede un hecho importante que el conferenciante define como “periodismo de ilustración y de trinchera” y nos muestra un admirable ejemplo.
Se trata de la aparición del primer trabajo combinado de periodismo, diseño e ilustración, de una forma equilibrada y casi adelantada para su época.
Nos presenta el periódico “Cabichuí” (nombre guaraní de una avispa muy agresiva), publicado desde mayo de 1867 a agosto de 1868, en plena guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
Se trataba de un periódico satírico, profusamente ilustrado, de lenguaje sencillo y agresivo contra las tropas aliadas (brasileñas, argentinas y uruguayas).
Sus grabadores, aunque muchos de ellos anónimos, fueron fundamentales en la historia de la ilustración paraguaya, pues hasta en la actualidad están expuestos en museos y son motivo de admiración.
Las letras del nombre del periódico “CABICHUÍ” están dibujadas simulando ser ramas o tallos de las que surgen brotes hacia arriba y hacia abajo. Están dispuestas formando un arco de círculo.
La mitad superior de las primeras planas del periódico estaba ocupada por el llamativo logo seguido de una gran ilustración; planteo de diseño absolutamente revolucionario que dotaba al periódico de gran potencia gráfica. En el primer número aparecen las mencionadas avispas rodeando amenazantes a una figura masculina que levanta su mano como protección.
Osvaldo Olivera muestra una sucesión de grabados de varias páginas del periódico, increíbles por el nivel artístico logrado en medio de la circunstancia en la que fueron realizados.
Estos grabadores, ilustradores y tipógrafos iban a combatir al frente, a las trincheras, volvían, grababan, componían textos, escribían, retornaban al combate, regresaban al periódico, continuaban sus grabados, tomaban los tipos de las cajas, ¿cuántas veces con sus manos heridas?, interrumpían para volver al combate.... y así, permanentemente... quizás hasta no volver nunca.
Quienes esto están leyendo saben que la prensa ha conocido la sangre, en muchos lugares y en muchos tiempos pero, quizás nunca tantos, sin ser muchos, tan juntos y en tan poco tiempo, dejaron sus trabajos artísticos y anónimos y los testimonios de su lucha poco antes de morir para que puedan ser vistos hoy, en museos, por ojos que no han podido heredar el total de la sangre de aquellos artistas combatientes, pero sí el total, y más, de la memoria de su sacrificio.
La imprenta tiene su célebre máxima: “Lo escrito perdura”. ¿Alguna otra vez se habrá constatado esto con tanta fuerza y dramatismo como en “Cabichuí”?
Paraguay fue masacrado, casi borrado del mapa. Prácticamente quedaron solo mujeres y niños.
Los grabados y las grandes ilustraciones no son los únicos protagonistas de este escenario gráfico. La serie de capitulares de “Cabichuí” es igualmente admirable. El motivo ornamental o figurativo de cada letra guardaba relación con el contenido temático del artículo periodístico al que daba inicio. Así pueden verse serpientes enroscadas en troncos o tallos, o en solitario, formando una “O” y una “S” y también personajes diversos en diferentes actitudes o situaciones y con vestimentas variadas y hasta dialogando entre ellos. Las alusiones o significados temáticos pueden llegar a intuirse con mayor o menor claridad, pero todas muestran ingenio y ostentan vitalidad.
La reflexión que dejan las páginas de “Cabichuí” es la del milagroso sentido estético, el equilibrio, la gracia, la creatividad y la armonía surgiendo en las circunstancias más desfavorables.
Con la muerte soplándoles en la nuca aquellos hombres supieron dialogar con lo mejor de la vida, hasta el final.


La Bella Época. 1900-1940

En muchos sentidos este período es la contracara del anterior.
Entrado el siglo XX el trabajo de ilustración y gráfica retoma un ritmo dinámico.
Al conmemorarse los 100 años de independencia (1911) se publica el Álbum Gráfico del Paraguay. Fue encarado por un editor argentino y marca quizás el inicio del gusto de la “alta sociedad” paraguaya de aparecer fotografiada.
Este álbum poseía innumerables páginas de profunda influencia Art Nouveau. Iban apareciendo en él las más pintadas señoras con sus hijas y sus copetudos esposos, se entendió, a partir de ese momento que quien no aparecía en ese tipo de publicaciones no pertenecía a la “crema y nata” de la fulgurante sociedad paraguaya.
El semanario “El enano” de tendencia liberal y de ilustraciones muy ácidas fue cerrado por pasiones políticas. Hacia la década de los ´60 fue reeditado y otra vez clausurado por los mismos motivos.
Otro punto importante en el diseño paraguayo se da en 1915 cuando Rafael Vázquez introduce la primera máquina offset. Pasa a ser el sistema más moderno de impresión a color y durante años realiza casi en exclusividad las impresiones de etiquetas de jabones y de trabajos casi indocumentados y de los cuales difícilmente queden registros.
Un personaje importante de este período es Andrés Guevara Arce, dibujante, caricaturista, periodista y creativo. En la década de los cincuenta organizó diarios en Brasil y viajó a Chile, donde realizó trabajos que le brindaron un reconocido prestigio. Vivió enfermo los últimos veinte años de su vida, pero ello no fue motivo para que dejara de trabajar y divulgara sus ideas por medio de las caricaturas contra el nazismo o, simplemente, de corte ampliamente democrático.
Los diarios tamaño sábana tenían ocho columnas, los tabloide cinco. Guevara fue, posiblemente, el primero en imponer nueve columnas para los diarios grandes y seis para los tabloides; con ello se ganaba en plomo de composición y en zinc para la clichería y, por extensión, en todo lo demás, lo que comportaba una real economía.
Fue esta una época de oro para la cultura paraguaya, donde florecieron artistas, escritores, músicos e ilustradores cuyas huellas siguen presentes hasta ahora en la sociedad guaraní.
El periodismo de trinchera se centró en los periódicos de frente de batalla. Casi cada batallón tenía su propio medio de comunicación, pero sin embargo en estos no primaba el buen trabajo de diseño editorial.
Terminada la guerra contra Bolivia, se inicia el período de oro de la música paraguaya: ilustradores, fotógrafos e impresores trabajaban profusamente en la producción de tapas de discos, libros y gacetillas de Emiliano R. Fernández, Agustín Barrios, José Asunción Flores.


Modernismo. 1950-1990

El personaje más importante de este período es Bruno S, gran diseñador e ilustrador alemán egresado de la escuela de ULM. Cierto día manifestó lo siguiente:
“Había en Europa un movimiento tan fuerte del humanismo y de ayudar a otros que alguien me dijo si no quería ir a Paraguay y yo, sin saber donde quedaba, me embarqué”. Entre sonrisas Osvaldo agregó que Bruno S creyó que Paraguay era Uruguay y que durante un tiempo vivió esperando ver el mar.
Su trabajo en la Escuela Técnica de los Salesianos, durante los años ´70 fue tan importante que la mayoría de las imprentas pequeñas de Paraguay sigue utilizando las enseñanzas de Bruno S. Su trabajo en ilustración y tipografía y en técnicas de impresión revolucionó de tal manera la técnica del diseño editorial que algunos trabajos suyos de principios de los ´70 son tan perfectos desde el punto de vista editorial que cuesta creer el trabajo que realizó con una carencia total de medios.
Bruno S, en una conferencia que dio a principios de 2006 dijo que cuando llegó a Paraguay solo había dos familias tipográficas y máquinas que él solo había visto en libros de historia.
El primer instituto de diseño, o al menos similar, fue la Escuela Técnica Vocacional de Artes Gráficas, que dirigía el profesor Miguel Ángel Zamphiropolos, fundador de Artes Gráficas Zamphiropolos.


Vanguardia. 1995-2008

Finalmente Osvaldo Olivera cerró su recorrido con el tramo más profusamente ilustrado de su conferencia: La vanguardia.
El desarrollo del diseño multimedia (Internet) a partir del año 1995 creó un nuevo mercado de inserción para el diseño.
El trabajo de los hermanos Teixedó en el diseño web es de gran calidad comunicacional, usabilidad y de recursos muy vanguardistas.
También el trabajo en 3D y animación del colectivo de diseñadores de Bulbographics es muy notable. Han desarrollado trabajos de animación para una gran cantidad de sitios de países de la región.
Cerrando la charla destacó el desarrollo tipográfico generado por Juan Heilborn con las primera familias tipográficas diseñadas en Paraguay y configuradas para su utilización en el idioma guaraní.
También al semanario Jakare, de un gran trabajo visual, y al periódico Guaraná


El conferencista

Osvaldo Olivera Villagra es Licenciado en Diseño Gráfico y Magister en Educación Universitaria.
Director de la Carrera de Diseño de la Universidad Americana, Asunción.
Docente de Tecnología de Productos (Carrera de Diseño Gráfico, Universidad Católica) también del Taller de Proyecto y Diseño Profesional 2 (Carrera de Diseño Gráfico, Universidad Americana) y de Diseño de la Información (Carrera de Ciencias de la Comunicación, Universidad Católica)
Miembro Fundador de Diseño Rendá, Sociedad Civil que busca difundir y promocionar el diseño en Paraguay.
Miembro de Tpy (Tipógrafos de Paraguay).
Miembro del Consejo de Docentes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación/UC y Miembro del Consejo Administrativo de la Asociación de Profesores de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas/UC
Director Creativo de A4 Diseños, único estudio de diseño especializado en el desarrollo de páckaging en Paraguay, certificado por la Tetra Pak Brasil, es diseñador acreditado por el World Bank en Paraguay.
Ha colaborado para publicaciones en Cuba, México, Argentina, España y Brasil,
Ha dado charlas sobre historia del diseño en la FADU/UBA, en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, en la Universidad Católica de Asunción y en la Universidad del Norte, Asunción.
Ha participado en la reforma curricular de las mallas de diseño de la Universidad Católica y la Universidad Americana.
Actualmente se miembro del Laboratorio de Desarrollo Multimedia de la Universidad Americana y se encuentra desarrollando los sistemas de aulas virtuales para la Universidad Americana.
Se encuentra cursando el doctorado en educación y su tema de tesis es "Investigar en Diseño"

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(cc) Sociedad Tipográfica de Montevideo 2008


Crónicas


En busca de la inscripción perdida



Solo puede perderse algo que se tiene, algo que existe. Si nunca se ha tenido algo o algo jamás ha existido, no podrá considerárselo como perdido.

La elemental obviedad del razonamiento lo torna casi impublicable.
Pero sucede que esa es la gran duda que nos domina y que envuelve en la incertidumbre tanto al título de esta nota como al empeño que nos anima.
¿Existió alguna vez la inscripción que estamos buscando?

La reciente fundación de la Sociedad Tipográfica de Montevideo (STM) y la instauración del Premio Nacional de Tipografía del Uruguay 2009 “Edward Johnston” (PNTU’09) son hechos que han generado en Uruguay renovados intentos por obtener datos, huellas, pistas e informaciones que eventualmente conduzcan al hallazgo de algún documento o escrito redactado en territorio uruguayo y válido como prueba adicional del nacimiento, y de su breve estadía en nuestra tierra, de Edward Johnston, el gran calígrafo y tipógrafo de renombre mundial nacido en San José, Uruguay, el 11 de febrero de 1872.


Johnston, un ilustre desconocido

Este es un caso similar al de tantos personajes y tantas trayectorias ignoradas por sus compatriotas pero célebres en el mundo.
Este maragato (gentilicio de los nacidos en el departamento de San José, Uruguay) con nombre anglosajón, emigró junto a su familia siendo aún muy pequeño rumbo a Europa.
En Londres, muy lejos de las verdes llanuras de San José se transformó en un calígrafo y un tipógrafo de excepción.
La prueba indiscutible de ese talento fue la creación en 1916 de un tipo de letra que identifica, hasta el día de hoy, al metro de Londres. El impacto fue inmediato: la letra “Underground”, también llamada “Railwai” y posteriormente, en su versión digital, “New Johnston” se transformó en modelo de creación y le deparó a su creador un prestigio universal.
Un panorama más completo sobre la vida y obra de Edward Johnston puede encontrarse en Tipografía Montevideo.




Nacionalidad indudable

Es poca la información que por estas latitudes se maneja sobre Johnston. Es probable, además, que Johnston no hablara español y que conservara una memoria vaga e imprecisa sobre este punto geográfico donde, en suerte, le tocó nacer.
Sin embargo, en los libros que se han dedicado a mostrar su trabajo y en la Fundación que lleva su nombre, es aceptado su origen uruguayo.


“Una frutilla para la torta”

A pesar de la absoluta certeza de la “uruguayez” de Johnston podrá comprenderse que se hayan generado en Uruguay una cierta ansiedad y un cierto sueño de orgulloso nacionalismo vinculado a la posibilidad del hallazgo de algún documento uruguayo que, más que confirmar, rubrique lo que ya se sabe.


Indagaciones recientes

El uruguayo Gustavo “Maca” Wojciechowsky, diseñador gráfico y tipográfico, autor, editor y poeta, contactó hace algunos años a William Johnston (poeta también y nieto de Edward), que no tenía una idea muy clara del asunto y que afirmó que en su familia no se ocuparon mucho del tema.

Por otra parte, el diseñador gráfico y tipográfico Vicente Lamónaca contactó a Gerald Fleuss presidente de la EJF (Edward Johnston Foundation).
La respuesta fue estimulante: "que suerte tener noticias de alguien del país donde nació Johnston...".
El relacionamiento con Fleuss permite en estos momentos abordar el tema de la cesión de los derechos de impresión de obras en honor a Johnston a efectos de montar una exposición en Uruguay.
Se estableció, además, el vínculo con Ewan Clayton, profesor de diseño en la Sunderlan University y curador de una exposición en homenaje a Johnston realizada en el Reino Unido.
Se ha solicitado a Clayton la realización de los mismos trámites que a Fleuss. Y, por su intermedio, también es inminente el contacto con el nieto de Johnston.

Corresponde dar cuenta de que Vicente Lamónaca (integrante de la STM) es el coordinador de Tipografía Montevideo, desde donde se organiza el Premio Nacional de Tipografía de Uruguay 2009 “Edward Johnston” (PNTU’09) que ha sido declarado de Interés Cultural por el Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay.


Investigando en Uruguay

La recientemente fundada Sociedad Tipográfica de Montevideo decidió autoimponerse como primera actividad fundacional una incursión en el paraje natal de Johnston. Allegarse a lugares quizás visitados anteriormente por otros estudiosos y rastrear allí documentos que probablemente también supieron estar en el pasado en la mira de otros investigadores.
Fue así que encaminó sus pasos a los lugares más lógicos y obvios en que esta pequeña historia se desarrolló casi al inicio del último cuarto del siglo XIX.
Y si bien las expectativas acerca de algún hallazgo eran reales, lo que imperó, en el fondo, al realizar el viaje a San José, fue el sentimiento de reverencia y admiración por el maestro y el placer por recorrer nuevamente los paisajes, sumamente transformados, que los pies de aquél transitaran en su más tierna infancia.




Una brumosa mañana

Se establecieron los contactos para acceder a las jerarquías eclesiásticas de la Catedral de San José.
En los tiempos de Johnston las iglesias funcionaban también como registros civiles aceptados oficialmente, situación que se mantuvo hasta fines del siglo XIX.
Inscripción de nacimiento era sinónimo de bautismo.
La primera posibilidad era entonces encontrar en la catedral de San José la inscripción que diera cuenta de la llegada al mundo de nuestro personaje.
Salimos hacia San José.
San José de Mayo.
Pero un 11 de julio.
En una mañana del 2008.
Una mañana brumosa y lluviosa, evocadora de la atmósfera anglo-escocesa, que generaba en nosotros la justa predisposición anímica para abordar nuestra empresa.


Conversación en la catedral

Nuestra llegada no coincidió con el horario de la encargada del registro, la señora Saída Sánchez. Esto motivó un paréntesis obligatorio en el cual se fueron desgranando comentarios y anécdotas junto a los sacerdotes que nos recibieron.
Los padres de Johnston, escoceses, de estadía breve en Uruguay, podrían haber sido adherentes a la fe anglicana y, en ese caso, jamás habrían inscripto a su hijo en una iglesia católica.
También podría haber sido inscripto con un nombre erróneo. Era muy común que los extranjeros “gringos” pronunciaran mal y eso causara confusiones y equivocaciones en las inscripciones.
Normalmente la tarea de inscribir se encargaba a los sacerdotes de edad avanzada ya que era un trabajo más descansado. Muchas veces la edad implicaba el padecimiento de problemas auditivos.
La suma de ambos factores podía terminar en la inscripción de nombres, a veces, insólitos.
La pronunciación “Yonston” podría haber llevado a que ese apellido quedara registrado en la letra “Y” en lugar de la “J”.
Finalmente comprendimos que Johnston,... nuestro Johnston,... terminó resultando, hoy en día, un personaje más conocido de lo que nosotros suponíamos, en ciertos círculos de la sociedad maragata.
Se afirmó que un destacado periodista de San José, fallecido hace pocos años, habría escrito algún artículo sobre el famoso calígrafo y tipógrafo.

Finalmente el paréntesis abierto en la catedral se cerró. La señora Saída Sánchez, encargada del registro fue terminante:
"... ya lo busqué, por aquí descártenlo porque no está"
No solo no estaba. Algunos más ya lo habían buscado.


En el diario “Primera Hora”

Gracias a los oficios de uno de los sacerdotes de la catedral pudimos acceder a los archivos del periódico sin mayores trámites ni dilaciones.
Nos ubicamos en torno a la mesa central del pequeño recinto en el que se acumulan las colecciones encuadernadas de los ejemplares del diario. Empezamos a apilar volúmenes y a hojear apresuradamente, ejemplar tras ejemplar, buscando las últimas páginas de las ediciones sabatinas en las que se suponía podría estar el mentado artículo sobre Johnston en el período 2002 al 2007.
Desafortunadamente la búsqueda fue infructuosa aunque para nada aburrida, y hasta matizada con jugosos hallazgos de temas emparentados con nuestra investigación que permitieron la toma de fotos de algunas páginas, entre ellas una que anunciaba hace pocos años una conferencia sobre tipografía en el local de la Sociedad Italiana.
Surgió entonces una nueva afirmación que agigantó nuestras dudas. El periodista en cuestión habría escrito también para algún otro diario de San José y quizás el ansiado artículo habría sido publicado en otro medio de prensa maragato.
La inseguridad y la desilusión iban ganando al grupo.
Nos retiramos de “Primera Hora” agradeciendo la gentileza de habernos recibido.




En plena calle apareció... ¡la memoria viviente de San José!


Fue así nomás. Con el sacerdote guiando nuestra marcha por las calles céntricas de San José, donde según su decir, “todo está a pocos metros de todo” nos topamos con Daniel Ramela (de espaldas en la foto), historiador e investigador, definido por el sacerdote como “la memoria viviente de San José”.
Nos habló de su interés en el tema, de su conocimiento del trabajo de Johnston, de su propia búsqueda infructuosa tiempo atrás en los registros de la catedral.
Lamentó profundamente los resultados negativos de su esfuerzo y la pérdida de la posibilidad de haber logrado prestigio mundial ante la magnitud de semejante hallazgo. “Se imaginan,... ¡un personaje como éste!”
No estábamos ante un diseñador tipográfico, o sea, ante alguien totalmente parcializado por el cariño a la tipografía.
Era un historiador, un investigador de todos los temas de San José. Una persona erudita que buscó el apellido Johnston por la “J” y por la”Y”.
Comprendimos que en ese momento y en esa esquina céntrica estaban frente a frente dos pasiones: la maragata y la tipográfica.
La llovizna había cesado y un tímido sol empezaba a iluminar a San José.
El sacerdote se despidió de nosotros.
Las obligaciones laborales que aguardaban en Montevideo a los integrantes del grupo hacían que los relojes se aceleraran. El tiempo volaba.
Pero alcanzó para que Daniel Ramela nos contara una última anécdota.

“Por aquí pasó hace tiempo un chileno de ascendencia asiática, china o japonesa, que también estuvo buscando la inscripción de Johnston en el registro. Era calígrafo. Seguramente por ese lado venía su interés. Yo vi el diario personal que ese hombre llevaba. ¡Qué letra! ¡Qué caligrafía! Pero no solo escribía letras. Imagínense su anotación para registrar en su diario un día como el de hoy. El no hubiera escrito ‘...la mañana está lluviosa...’ ¡No...! Hubiera dibujado unas nubes y unas gotas de agua cayendo. Era un artista, un poeta... Nunca más lo vimos. No sabemos donde está, a donde se fue”.

Posteriores e inmediatas indagaciones de la Sociedad Tipográfica de Montevideo en Chile indicarían que el mencionado calígrafo podría haber sido Carlos Hauyón, fallecido hace unos años, conocedor de la obra y, por descontado, estudioso del famoso libro de caligrafía de Johnston “Writing & Illuminating & Lettering” (Escritura, iluminación y rotulación), que aún es un texto básico sobre escritura formal y diseño iluminado, y que ha sido publicado en muchos países.
Sin poder asegurarlo, no es descabellado suponer que Hauyón, motivado por la admiración hacia el maestro y por el ansia de un célebre hallazgo haya sentido el deseo de encontrar la misma inscripción... ¿perdida?... que nosotros buscamos y se haya acercado a Uruguay y a San José pero que, como nosotros, haya debido marcharse sin poder cristalizar su sueño.

La claridad aumentaba en San José. Nuestra búsqueda no estaba teniendo los resultados esperados pero en ningún momento nos sentimos alejados de nuestros temas comunes.
¡Un diario personal que mezclaba la caligrafía con la pictografía y la ideografía!
Enterarnos del hecho de la existencia de esta joyita y no saber, por ahora, cómo y dónde encontrarla se convirtió en una desilusión adicional pero también en un reto de futuro.

Nos despedimos. Y allá se fue don Ramela, caminando manso, no por el peso de los años sino por el de los recuerdos, los miles o millones de recuerdos que implica el ser “la memoria viviente de San José”.




“Tour” fotográfico

Había que aprovechar las últimas pocas cuadras que faltaba recorrer.
Y los últimos minutos disponibles.
Ya que San José no nos había dado la inscripción... ¿perdida?... nos daría, por lo menos, sus imágenes. Sus fachadas, sus artísticas rejas, sus inscripciones murales, sus letras grabadas, pintadas, incrustadas,... en fin,... sus rostros tipográficos.
Y así fue.
Retornamos con una cosecha voluminosa.


Tan solo una etapa

La visita apenas sirvió para empezar a tironear de las puntas de una madeja algo enredada.
Cabos sueltos, confirmaciones a realizar, caminos sugeridos, más indagaciones, pistas insinuadas...
Solo fue el comienzo. Ya decidimos nuevos pasos a dar...


Regreso

Partimos hacia Montevideo. Divisábamos las últimas casas de San José desde la ruta enmarcada por las palmeras.
Mientras la capital maragata se alejaba y nuestros ojos descansaban sobre la verde llanura recordábamos pasajes del poético texto que sobre Johnston escribiera Gustavo “Maca” Wojciechowsky en su libro “Tipografía, poemas y polacos”...

¿Edward Johnston iba en un redomón montado? ¿se iba pa las brumas, brammmmmando? ¿dibujando letras las patas del zaino? ¿una caligrafía de puros cascos en la tierra? ¿mansa panza? ¿esta tierra?

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Socios


00 Edward Johnston

Socios fundadores (en orden alfabético)

01 José de los Santos
02 Fernando Díaz
03 Vicente Lamónaca
04 Andrés Takach

Socios (en orden cronológico)

05 Eduardo Bacigalupo*
06 Marina Garone *
07 Sebastián Salazar **
08 Jorge Sayagués **

* Socios honorarios
** Socios suscriptores


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Objetivos


La Sociedad Tipográfica de Montevideo (STM) es un colectivo que se propone cooperar con el desarrollo, difusión y registro de la actividad tipográfica nacional.

Desarrollo

El desarrollo tanto del diseño tipográfico (creación de nuevas tipografías) como de las actividades formativas (exposiciones, talleres, conferencias, publicaciones, etc.) que contribuyan directa o indirectamente al logro de los objetivos generales propuestos.

Difusión

La difusión como mecanismo para compartir con el mayor número posible de interesados las convocatorias, realizaciones y resultados de las actividades tipográficas, sean o no organizadas por la STM.

Registro

El registro como forma de plasmar y organizar el relato de la situación tipográfica actual y como herramienta que ayude a prever y actuar en el futuro en función de situaciones deseables.

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