28 ago. 2008

Crónicas


Crónica: Antecedentes y Situación del diseño
en Paraguay, un resumen.




La Sociedad Tipográfica de Montevideo realizó su “presentación en sociedad” organizando, como primera actividad pública, la visita del profesor paraguayo Osvaldo Olivera Villagra, quien disertó sobre el tema “Antecedentes y Situación del diseño en Paraguay, un resumen”.
El acto se realizó en el marco del Premio Nacional de Tipografía de Uruguay, 2009 "Edward Johnston", declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura y tuvo lugar el día 30 de julio de 2008 en el Auditorio “Centro” de la Universidad ORT, Uruguay, a quien la STM agradece el apoyo brindado.


La conferencia

Osvaldo Olivera comenzó precisando que compendiar el diseño en Paraguay no es tarea fácil ya que no existe una documentación cronológica y por lo tanto es necesario husmear por diferentes lugares, hablando con profesionales de antaño o simplemente recurriendo a los archivos locales y haciendo un relevamiento.
Habría que dividir la historia gráfica del Paraguay o la cultura guaraní en varios periodos, desde la pre-hispánica hasta la contemporánea, aunque eso sí, casi siempre ligada a guerras, revueltas y en muchos casos exilios o trágicos hechos de una historia escrita con pasión. Olivera articuló su exposición basándola en seis grandes etapas.


Pre-colonial. Siglos XII al XV

La charla se inició mostrando los vestigios escritos de los habitantes de estas tierras que quedaron registrados en lo que se denomina el “Tapeavirú”, una serie de grabados en piedra (petroglifos) que marcaban un hipotético camino a la tierra sin mal, en la zona central de Paraguay (Villarrica) y las zonas noroeste fronterizas con el Brasil. Existen innumerables series de estas inscripciones, algunas más estudiadas y otras casi inaccesibles por su ubicación geográfica.
Este “Tapeavirú” se extiende no solo en Paraguay sino también a lo largo de los estados de Paraná y Santa Catarina. Estos grabados tienen una antigüedad que se presume de unos 600 a 900 años.
Las inscripciones son casi en su generalidad geométricas y zoomórficas, presentan muchas veces similitudes muy particulares con los grabados orientales antiguos y en otras ocasiones con grabados del medio oriente, aunque estas semejanzas son tomadas como comunes por los estudiosos, pues en muchos casos se han encontrado figuras muy similares en culturas muy distantes.
Esto puede explicarse tomando las palabras del tipógrafo Adrián Frutiger: “en principio fue el objeto, luego el signo”.




Las Misiones. Siglo XVIII

Osvaldo Olivera nos hace dar un salto en el tiempo explicando que recién en el año 1630, por medio de los sacerdotes jesuitas de la Quinta Congregación Provincial del Paraguay, celebrada en Córdoba, se aceptó la idea de montar una imprenta en Paraguay “para publicar varias obras en lengua indígena, sumamente necesarias”, pero fue recién en 1700 que se pudo concretar la idea de una máquina de imprimir en las misiones jesuíticas del Paraguay.
Existen publicaciones anteriores referentes al Paraguay (Arte de la Cultura Guaraní, del padre Antonio Ruiz de Montoya) pero impresos en su mayoría en España o Buenos Aires.
Pese a aquella demora la imprenta paraguaya alcanzó altísimos niveles de calidad. La impresión, la diagramación, la limpieza de los tipos, las láminas, las viñetas xilográficas y la encuadernación honrarían aún hoy a muchos talleres tipográficos existentes en Paraguay.
Prueba de este esmero en el trabajo editorial es el libro “De la diferencia entre lo temporal y lo eterno”, del padre Eusebio Nieremberg, con traducción al guaraní de José Serrano e ilustraciones del indígena Juan Yaparí. Ésta es considerada la obra magna de las imprentas jesuitas.
Las misiones paraguayas dejaron de ver funcionar la imprenta jesuita hacia 1750, sin motivos totalmente esclarecidos. Los tipos fueron trasladados a Córdoba y posteriormente a Buenos Aires.


Las colonia/república. 1811-1870

Otro gran salto en el tiempo, nos lleva a 1811, año de la independencia de Paraguay de la corona española, salto que debe prolongarse hasta el período de gobierno del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia (1816-1840).
En todo este lapso, nos dice Osvaldo Olivera, casi no existió publicación alguna pues el dictador no era muy proclive a hacer públicas sus actividades y toda manifestación cultural era sospechosa, para nada bien vista. En algunos casos autores de libelos y panfletos contrarios a su gobierno fueron recluidos en la cárcel del estado, terminando allí sus días luego de indescriptibles tormentos.
Se cerraron en Paraguay todas las escuelas, excepto una.
En 1844, se inauguró la Imprenta de la República durante el gobierno de Don Carlos A. López y comenzó a impartir clases la escuela de impresores y litógrafos dirigida por el maestro francés Carlos Riviere. Allí se iniciaba a los litógrafos en el arte de imprimir y reproducir piezas gráficas originales.
De esa época quedan los registros de los semanarios “El Paraguayo Independiente”, “De Noticias e Informaciones Útiles” y “Eco del Paraguay”.
Con diferencia de pocos años dejaron de aparecer a finales de 1850.
En esta etapa sucede un hecho importante que el conferenciante define como “periodismo de ilustración y de trinchera” y nos muestra un admirable ejemplo.
Se trata de la aparición del primer trabajo combinado de periodismo, diseño e ilustración, de una forma equilibrada y casi adelantada para su época.
Nos presenta el periódico “Cabichuí” (nombre guaraní de una avispa muy agresiva), publicado desde mayo de 1867 a agosto de 1868, en plena guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
Se trataba de un periódico satírico, profusamente ilustrado, de lenguaje sencillo y agresivo contra las tropas aliadas (brasileñas, argentinas y uruguayas).
Sus grabadores, aunque muchos de ellos anónimos, fueron fundamentales en la historia de la ilustración paraguaya, pues hasta en la actualidad están expuestos en museos y son motivo de admiración.
Las letras del nombre del periódico “CABICHUÍ” están dibujadas simulando ser ramas o tallos de las que surgen brotes hacia arriba y hacia abajo. Están dispuestas formando un arco de círculo.
La mitad superior de las primeras planas del periódico estaba ocupada por el llamativo logo seguido de una gran ilustración; planteo de diseño absolutamente revolucionario que dotaba al periódico de gran potencia gráfica. En el primer número aparecen las mencionadas avispas rodeando amenazantes a una figura masculina que levanta su mano como protección.
Osvaldo Olivera muestra una sucesión de grabados de varias páginas del periódico, increíbles por el nivel artístico logrado en medio de la circunstancia en la que fueron realizados.
Estos grabadores, ilustradores y tipógrafos iban a combatir al frente, a las trincheras, volvían, grababan, componían textos, escribían, retornaban al combate, regresaban al periódico, continuaban sus grabados, tomaban los tipos de las cajas, ¿cuántas veces con sus manos heridas?, interrumpían para volver al combate.... y así, permanentemente... quizás hasta no volver nunca.
Quienes esto están leyendo saben que la prensa ha conocido la sangre, en muchos lugares y en muchos tiempos pero, quizás nunca tantos, sin ser muchos, tan juntos y en tan poco tiempo, dejaron sus trabajos artísticos y anónimos y los testimonios de su lucha poco antes de morir para que puedan ser vistos hoy, en museos, por ojos que no han podido heredar el total de la sangre de aquellos artistas combatientes, pero sí el total, y más, de la memoria de su sacrificio.
La imprenta tiene su célebre máxima: “Lo escrito perdura”. ¿Alguna otra vez se habrá constatado esto con tanta fuerza y dramatismo como en “Cabichuí”?
Paraguay fue masacrado, casi borrado del mapa. Prácticamente quedaron solo mujeres y niños.
Los grabados y las grandes ilustraciones no son los únicos protagonistas de este escenario gráfico. La serie de capitulares de “Cabichuí” es igualmente admirable. El motivo ornamental o figurativo de cada letra guardaba relación con el contenido temático del artículo periodístico al que daba inicio. Así pueden verse serpientes enroscadas en troncos o tallos, o en solitario, formando una “O” y una “S” y también personajes diversos en diferentes actitudes o situaciones y con vestimentas variadas y hasta dialogando entre ellos. Las alusiones o significados temáticos pueden llegar a intuirse con mayor o menor claridad, pero todas muestran ingenio y ostentan vitalidad.
La reflexión que dejan las páginas de “Cabichuí” es la del milagroso sentido estético, el equilibrio, la gracia, la creatividad y la armonía surgiendo en las circunstancias más desfavorables.
Con la muerte soplándoles en la nuca aquellos hombres supieron dialogar con lo mejor de la vida, hasta el final.


La Bella Época. 1900-1940

En muchos sentidos este período es la contracara del anterior.
Entrado el siglo XX el trabajo de ilustración y gráfica retoma un ritmo dinámico.
Al conmemorarse los 100 años de independencia (1911) se publica el Álbum Gráfico del Paraguay. Fue encarado por un editor argentino y marca quizás el inicio del gusto de la “alta sociedad” paraguaya de aparecer fotografiada.
Este álbum poseía innumerables páginas de profunda influencia Art Nouveau. Iban apareciendo en él las más pintadas señoras con sus hijas y sus copetudos esposos, se entendió, a partir de ese momento que quien no aparecía en ese tipo de publicaciones no pertenecía a la “crema y nata” de la fulgurante sociedad paraguaya.
El semanario “El enano” de tendencia liberal y de ilustraciones muy ácidas fue cerrado por pasiones políticas. Hacia la década de los ´60 fue reeditado y otra vez clausurado por los mismos motivos.
Otro punto importante en el diseño paraguayo se da en 1915 cuando Rafael Vázquez introduce la primera máquina offset. Pasa a ser el sistema más moderno de impresión a color y durante años realiza casi en exclusividad las impresiones de etiquetas de jabones y de trabajos casi indocumentados y de los cuales difícilmente queden registros.
Un personaje importante de este período es Andrés Guevara Arce, dibujante, caricaturista, periodista y creativo. En la década de los cincuenta organizó diarios en Brasil y viajó a Chile, donde realizó trabajos que le brindaron un reconocido prestigio. Vivió enfermo los últimos veinte años de su vida, pero ello no fue motivo para que dejara de trabajar y divulgara sus ideas por medio de las caricaturas contra el nazismo o, simplemente, de corte ampliamente democrático.
Los diarios tamaño sábana tenían ocho columnas, los tabloide cinco. Guevara fue, posiblemente, el primero en imponer nueve columnas para los diarios grandes y seis para los tabloides; con ello se ganaba en plomo de composición y en zinc para la clichería y, por extensión, en todo lo demás, lo que comportaba una real economía.
Fue esta una época de oro para la cultura paraguaya, donde florecieron artistas, escritores, músicos e ilustradores cuyas huellas siguen presentes hasta ahora en la sociedad guaraní.
El periodismo de trinchera se centró en los periódicos de frente de batalla. Casi cada batallón tenía su propio medio de comunicación, pero sin embargo en estos no primaba el buen trabajo de diseño editorial.
Terminada la guerra contra Bolivia, se inicia el período de oro de la música paraguaya: ilustradores, fotógrafos e impresores trabajaban profusamente en la producción de tapas de discos, libros y gacetillas de Emiliano R. Fernández, Agustín Barrios, José Asunción Flores.


Modernismo. 1950-1990

El personaje más importante de este período es Bruno S, gran diseñador e ilustrador alemán egresado de la escuela de ULM. Cierto día manifestó lo siguiente:
“Había en Europa un movimiento tan fuerte del humanismo y de ayudar a otros que alguien me dijo si no quería ir a Paraguay y yo, sin saber donde quedaba, me embarqué”. Entre sonrisas Osvaldo agregó que Bruno S creyó que Paraguay era Uruguay y que durante un tiempo vivió esperando ver el mar.
Su trabajo en la Escuela Técnica de los Salesianos, durante los años ´70 fue tan importante que la mayoría de las imprentas pequeñas de Paraguay sigue utilizando las enseñanzas de Bruno S. Su trabajo en ilustración y tipografía y en técnicas de impresión revolucionó de tal manera la técnica del diseño editorial que algunos trabajos suyos de principios de los ´70 son tan perfectos desde el punto de vista editorial que cuesta creer el trabajo que realizó con una carencia total de medios.
Bruno S, en una conferencia que dio a principios de 2006 dijo que cuando llegó a Paraguay solo había dos familias tipográficas y máquinas que él solo había visto en libros de historia.
El primer instituto de diseño, o al menos similar, fue la Escuela Técnica Vocacional de Artes Gráficas, que dirigía el profesor Miguel Ángel Zamphiropolos, fundador de Artes Gráficas Zamphiropolos.


Vanguardia. 1995-2008

Finalmente Osvaldo Olivera cerró su recorrido con el tramo más profusamente ilustrado de su conferencia: La vanguardia.
El desarrollo del diseño multimedia (Internet) a partir del año 1995 creó un nuevo mercado de inserción para el diseño.
El trabajo de los hermanos Teixedó en el diseño web es de gran calidad comunicacional, usabilidad y de recursos muy vanguardistas.
También el trabajo en 3D y animación del colectivo de diseñadores de Bulbographics es muy notable. Han desarrollado trabajos de animación para una gran cantidad de sitios de países de la región.
Cerrando la charla destacó el desarrollo tipográfico generado por Juan Heilborn con las primera familias tipográficas diseñadas en Paraguay y configuradas para su utilización en el idioma guaraní.
También al semanario Jakare, de un gran trabajo visual, y al periódico Guaraná


El conferencista

Osvaldo Olivera Villagra es Licenciado en Diseño Gráfico y Magister en Educación Universitaria.
Director de la Carrera de Diseño de la Universidad Americana, Asunción.
Docente de Tecnología de Productos (Carrera de Diseño Gráfico, Universidad Católica) también del Taller de Proyecto y Diseño Profesional 2 (Carrera de Diseño Gráfico, Universidad Americana) y de Diseño de la Información (Carrera de Ciencias de la Comunicación, Universidad Católica)
Miembro Fundador de Diseño Rendá, Sociedad Civil que busca difundir y promocionar el diseño en Paraguay.
Miembro de Tpy (Tipógrafos de Paraguay).
Miembro del Consejo de Docentes de la Carrera de Ciencias de la Comunicación/UC y Miembro del Consejo Administrativo de la Asociación de Profesores de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas/UC
Director Creativo de A4 Diseños, único estudio de diseño especializado en el desarrollo de páckaging en Paraguay, certificado por la Tetra Pak Brasil, es diseñador acreditado por el World Bank en Paraguay.
Ha colaborado para publicaciones en Cuba, México, Argentina, España y Brasil,
Ha dado charlas sobre historia del diseño en la FADU/UBA, en la Universidad Nacional de Rosario, Argentina, en la Universidad Católica de Asunción y en la Universidad del Norte, Asunción.
Ha participado en la reforma curricular de las mallas de diseño de la Universidad Católica y la Universidad Americana.
Actualmente se miembro del Laboratorio de Desarrollo Multimedia de la Universidad Americana y se encuentra desarrollando los sistemas de aulas virtuales para la Universidad Americana.
Se encuentra cursando el doctorado en educación y su tema de tesis es "Investigar en Diseño"

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(cc) Sociedad Tipográfica de Montevideo 2008


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